La Organización Colombiana De Estudiantes rechaza la militarización, el abuso de la fuerza y llama a la unidad del pueblo colombiano.

Se ha visto en los últimos días una seguidilla de intervenciones y publicaciones de los organismos multilaterales y agencias calificadoras ejerciendo gran presión para que el país haga una reforma tributaria. En efecto, fue el Fondo Monetario Internacional (FMI) quien obligó a Colombia a reducir el ya pírrico gasto social y a realizar una reforma fiscal regresiva y fue la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) quien llenó de contenido la regresiva reforma tributaria de Iván Duque. En la peor crisis económica de la historia reciente, los grandes bancos y multinacionales de potencias como Estados Unidos están aprovechando para saquear las naciones en todo el mundo, buscando gobernantes dispuestos a traicionar a su propia nación para favorecer los intereses de un puñado de personas que, precisamente, en esta pandemia, se han convertido en las más ricas que haya conocido la historia de toda la humanidad.

 

La historia de la masacre de las bananeras se repite. Duque, haciendo gala de su rol de títere, apunta armas de fuego contra su propio país con tal de saciar el apetito de intereses extranjeros. Según la ONG Temblores, desde el miércoles 28 de abril hasta el domingo 2 mayo, se registrron más de 940 casos de abuso policial, 92 casos de violencia física por parte de la policía, 21 personas asesinadas, más de 672 detenciones arbitrarias, 123 intervenciones violentas por parte de la fuerza pública, 12 víctimas de agresión en los ojos, 30 casos de disparos de armas de fuego, 4 víctimas de violencia sexual por parte de la fuerza pública, 7 desapariciones, y 15 casos de amenazas y hostigamientos. Están pendientes nuevas cifras de los graves hechos ocurridos en varias ciudades como Cali, Palmira, Ibagué, Manizales, Popayán, Pereira, Bogotá, entre otras.

 

La Organización Colombiana de Estudiantes rechaza la militarización, el abuso de poder por parte de la policía y el ejército y, particularmente, el uso de armas de fuego contra la población civil. En redes sociales se observan incontables movilizaciones pacíficas agredidas por la policía y ataques a la vida sin motivo alguno más que atemorizar.

 

El pueblo colombiano está cansado de la situación y de años de malos gobiernos. También es un hecho que el Gobierno Nacional está respondiendo con una violencia desmedida. De lo anterior se concluye la necesidad urgente de acciones unificadas, masivas y pacificas coordinadas alrededor del Comité Nacional de Paro, quien ha convocado las movilizaciones más grandes en los últimos años y en 600 municipios del territorio nacional, que agrupa a las centrales obreras y a un importante número de organizaciones con años de experiencia en la lucha social y con liderazgos con resonancia nacional e internacional. Las acciones asiladas y no coordinadas conllevan mayor exposición y vulnerabilidad de población civil y merman la contundencia del descontento social. La indignación espontánea y justa del pueblo colombiano requiere de acciones nacionales unificadas, pacíficas y coordinadas.

 

Como lo ha expresado el Comité Nacional de Paro, las puertas están abiertas, nunca se han cerrado y nunca se cerrarán. Invitamos al pueblo colombiano a organizar a nivel nacional el descontento social y a movilizarnos masivamente este miércoles 5 de mayo con todas las medidas de bioseguridad y de forma pacífica en contra la reforma a la salud, por el derecho a la protesta y contra los asesinatos, en contra el decreto 1174 y por la negociación del pliego de emergencia que incluye matrícula cero para nuestras universidades públicas y rechazo a la inconsulta reforma al ICETEX.

 

¡A PARAR PARA AVANZAR! ¡VIVA EL PARO NACIONAL!

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