Son ejemplares las masivas y creativas movilizaciones en el marco del paro nacional permanente impulsado por FECODE y respaldado por amplios sectores, especialmente de la comunidad educativa. El proyecto de ley estatutaria de educación, con falencias desde el inicio y empeorado por las enmiendas retardatarias aprobadas por consenso entre los senadores del Pacto Histórico y los partidos tradicionales, representaba un retroceso de 30 años para la educación pública y profundizaba las políticas neoliberales. Fueron acertadas las exigencias de retiro o hundimiento de dicho proyecto, lo que finalmente sucedió como producto de los reclamos en las calles.
De tan positiva experiencia es posible extraer lecciones que sirvan de referencia para futuras luchas, especialmente las del movimiento estudiantil. Por la crisis de la educación en todos sus niveles, resulta inaplazable ahondar los debates sobre la Reforma a la Ley 30, el Sistema General de Participaciones y el ICETEX, e incluso sobre una nueva Ley Estatutaria de Educación concertada con la comunidad educativa. Los hechos reflejan que la agenda impulsada por el gobierno sigue derrochando incumplimientos y falsos anuncios. Hoy, como en otros tiempos, nuestras exigencias requieren un movimiento estudiantil informado, crítico y con capacidad de movilización. A continuación, varios aprendizajes:
- La organización es nuestra principal herramienta: en la tarea de transformar a Colombia, es insustituible el papel de las organizaciones sindicales y estudiantiles. Las robustas movilizaciones en todo el país, las asambleas en las instituciones educativas, el despliegue de delegaciones a la gran toma de Bogotá, solo se explican en el marco de la capacidad organizativa de los distintos actores que participaron en ellos. Conviene destacarlo como un aspecto clave, ya que el neoliberalismo implica el individualismo metodológico y el desprecio por las expresiones organizadas.
- La independencia frente al gobierno y las administraciones: atenta contra nuestra naturaleza gremial supeditar nuestros puntos de vista a los vaivenes de los gobiernos o administraciones. Es un mal precedente que algunas organizaciones persistan en que al gobierno del “cambio” se le debe firmar un cheque en blanco y respaldarlo incluso si toma decisiones regresivas. Actuar con independencia y autonomía permite defender los intereses del movimiento estudiantil, rechazar sin ambigüedades las medidas contrarias al interés nacional e identificar los aspectos que propicien el avance de la educación pública, científica y de calidad.
- El papel de la movilización en el progreso social: en el mundo las conquistas por mayores derechos democráticos han sido fruto de la lucha social. En este caso, el paro del magisterio permitió derrotar iniciativas que vulneraban garantías ya adquiridas en varios contenidos de la Ley General de Educación. Con el agravante de que la línea del gobierno, en economía, empleo, pensiones y otros renglones, ha sido cumplir las orientaciones de las grandes potencias, principalmente Estados Unidos, y de los organismos multilaterales como la OCDE, el FMI y el BM. Así lo prueban los reiterados mensajes de respaldo hechos por Petro en estos dos años. ¡El victorioso paro nos muestra una vez más que los países avanzan solo de la mano de las luchas sociales!
- La unidad en defensa de la educación pública: la amplia indignación, especialmente frente a las enmiendas, se convirtió en una gran fuerza gracias a los oportunos puentes tendidos por el Comité Ejecutivo de FECODE para construir la mayor unidad de acción posible e impedir que se aprobara tan nefasto proyecto de ley. La unidad se construyó en torno a las banderas históricas que profesores y estudiantes hemos defendido desde siempre. La actitud unitaria fue determinante en tan irrefutable triunfo de la lucha social.
- La resistencia al neoliberalismo: los promotores del libre comercio llevan 30 años aprobando medidas que auspician la privatización, marchitan la oferta pública, afectan la calidad, niegan el método científico y merman las garantías para la protesta social. El Proyecto de Ley Estatutaria de Educación pretendía imponerlas otra vez, apuntando a profundizar nuestra subordinación a los intereses foráneos y desconociendo materialmente la educación como un derecho fundamental en todos los niveles. Lo nacional y democrático fue resistir esta nueva encerrona y derrotarla con contundencia en las calles.
- Nuestra lucha no es contra la educación privada de calidad. Es contra la pretensión de desviar la financiación estatal hacia la educación privada. También contra la pésima calidad de una educación básica, media y superior convertida en mercancía e impartida en instituciones de garaje y con condiciones laborales reprobables para los profesores y trabajadores.
Tanto el compromiso demostrado por la comunidad educativa como la gigantesca solidaridad que se vio en las calles en defensa de la educación pública, reflejaron con nitidez que luchar sí sirve. La organización como herramienta, la independencia como criterio de acción gremial, la movilización masiva y creativa como parlante de nuestras banderas históricas, la resistencia ante la ofensiva neoliberal y los esfuerzos por la unidad de diversos sectores, son pasos en la dirección correcta para construir un modelo de educación que corresponda a un modelo de país en el que la soberanía nacional, el desarrollo productivo, la generación de empleo y la garantía de derechos, sean una verdadera prioridad.
