La de Santos no es la jornada única, es otro de sus engaños

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La de Santos no es la jornada única, es otro de sus engaños

Santos, el maestro del engaño, pretende hacernos creer que, en un abrir y cerrar de ojos acabará con cuarenta y siete años de doble jornada en las instituciones educativas del país y que con esto dará fin a todos los problemas que aquejan al aparato educativo nacional.

No dicen el presidente y su ministra que para resolver el entuerto se necesitan tiempo y presupuesto. Y menos van a reconocer que el afán por imponer este remedo de jornada única busca satisfacer una de las tantas «recomendaciones» de la OCDE, en el más puro y fundamentalista espíritu neoliberal.

Para que en Colombia y en Bogotá haya una verdadera jornada única se requieren por lo menos los siguientes puntos:

Construcciones escolares:

Para 2.400.000 estudiantes que están hoy en jornada contraria se requieren entre 90.000 y cien mil nuevas aulas. El gobierno calcula irrisorias 50 mil, por lo cual se aumentará el hacinamiento y eso sin que haya ninguna garantía de que sí se van a construir las 50 mil. Puede pasar lo mismo que con las cien mil viviendas nuevas prometidas por el prestidigitador que tenemos de presidente.

En Bogotá hay más de 700 sedes educativas en las que estudian más de 900 mil niños distribuidos en dos jornadas, mañana y tarde, cada una de 6 horas. Si la idea de Peñalosa es implementar la jornada única en el Distrito, es necesario ampliar la planta física y construir 407 nuevos colegios, cada uno con la capacidad de albergar a mil niños. Hasta el momento solo se ha hablado de construir 30. Daría hasta risa si no fuera una tragedia.

Alimentación escolar:

El actual presupuesto se redujo en 400 mil millones de pesos, con relación al del 2015. El rubro asignado para alimentación es ahora apenas de 400 mil millones, cuando el año pasado fue de 831.000 millones, y ya era insuficiente, como lo comprobaron los lamentables hechos de todos conocidos.

Y lo que Santos anuncia con bombos y platillos de una adición presupuestal de 278 mil millones (lo que no suple lo recortado) para 1.200.000 alumnos nos da apenas un monto de $1.155 para la comida de cada niño por día escolar. ¿Qué tipo de alimentación se le podrá garantizar a los niños con 1.155 pesos al día? Y esta es la jornada única de la que hablan.

Para hacer realidad la jornada única, como lo ordena la Ley General, se requiere aumentar la infraestructura, la planta de personal docente, la remuneración acorde con las horas de trabajo y la destinación presupuestal para que la educación sea financiada y administrada directamente por el Estado.

Frente a estos criterios básicos, ¿qué plantean en concreto Santos y Peñalosa? ¿Cuál va a ser la concurrencia del gobierno de Santos para materializar la medida? Las cuentas demuestran que es poco probable que a corto plazo se pueda eliminar la doble jornada y, muy por el contrario, se pondrá nuevamente a los colegios del distrito y del país a asumir medidas que afectarán la educación de los estudiantes.

 

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