La OCE: 22 años defendiendo la educación pública, científica y al servicio del país.

Las políticas de apertura comercial iniciaron su nefasto curso en los 90’s con el Gobierno de César Gaviria y bajo el mandato de Andrés Pastrana -Plan Colombia incluído- se profundizó el desmantelamiento del aparato productivo nacional, el desempleo e informalidad, la pérdida de la soberanía alimentaria y la lógica de la mercantilización, especialmente en derechos fundamentales cómo la educación. Generando que nuestro modelo educativo -en todos sus niveles- esté al servicio del subdesarrollo y la pobreza.

 

En ese contexto, el 7 de Junio de 2001, en plena lucha contra el recorte a las transferencias de Pastrana y el FMI, la OCE nace advirtiendo con precisión que la educación no se escapa de los embates del neoliberalismo y que la juventud «no tiene acceso a la educación y muchos de los que logran ingresar abandonan los planteles porque no pueden sufragar los costos educativos. Las universidades se encuentran quebradas. La calidad de la educación se deteriora por el recorte presupuestal, la imposición de esquemas privatizadores, la falta de equipos y textos, el abandono de la construcción de nuevas instalaciones, la carencia de actividades investigativas y la mengua en los ingresos de los maestros». Ideas por las que seguimos luchando con orgullo tras 22 años.

 

Nuestro programa, levanta las banderas de la educación pública, científica y al servicio de la nación. Es decir, debe ser pública porque principalmente el Estado cuenta con el músculo financiero para garantizar gratuidad y universalidad. Asimismo, de carácter científica para superar los dogmas y creencias incuestionables -en todas las disciplinas- y buscar la verdad en los hechos, a tono con las fronteras del conocimiento y propiciando su avance. Esto, con el fin -según las particularidades del país- de generar las condiciones para desarrollar nuestra economía y potenciar nuestra riqueza cultural, cómo pilares de una auténtica soberanía nacional.

 

Bajo estos criterios, hemos promovido y acompañado con rigor técnico y espíritu patriótico, las distintas oleadas nacionales de movilización que han permitido grandes victorias para el movimiento estudiantil y la sociedad. Entre otras, la de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) que derrotó en 2011 la arremetida de Juan Manuel Santos para insertar el ánimo de lucro en las IES y el Paro Nacional Estudiantil de 2018, que posibilitó un acuerdo histórico de 5.85 billones de pesos para la educación pública. Luchas democráticas, creativas y pacíficas que cautivaron amplios sectores de la población y ganaron el respaldo de la opinión pública.

 

Honrando dichos logros y avances, siempre hemos exhortado en un llamado fraterno a las organizaciones gremiales a reivindicar el papel de la independencia del movimiento social y estudiantil. Es un hecho probado por la historia de la lucha social de las naciones, que la organización es la herramienta más valiosa de la que disponemos para conseguir victorias y avanzar en materia de derechos. Y esta cobra sentido, sólo si la independencia y la autonomía frente al gobierno no se hipotecan. 

 

Convocamos a seguir promoviendo frente al conjunto de la comunidad estudiantil y universitaria, la necesidad de un modelo de educación que corresponda al modelo de país que soñamos y merecemos especialmente los y las jóvenes. La actual agenda en materia de educación superior, básica y media -más allá de los anuncios de «cambio» calculados para engañar y la tendencia al incumplimiento del gobierno Petro- no resuelven los problemas estructurales que aquejan a nuestras IES y colegios. Prueba de lo anterior es que a día de hoy no hay nada serio en materia de reforma a los Art. 86 y 87 de la Ley 30, ICETEX, el Sistema General de Participaciones (SGP) y en materia de la política de gratuidad, empeora la de Ivan Duque. Por solo citar algunos ejemplos.

 

Extendemos una cordial invitación a los y las estudiantes del país a seguir fortaleciendo en espíritu de unidad y amplitud democrática, esta corriente juvenil que pretende construir un país donde el sol brille para todos y todas. Somos conscientes del enorme papel que la juventud ha desempeñado en las más importantes transformaciones democráticas de nuestra historia republicana y como parte de esta nueva generación, estaremos a la altura de los enormes retos que tenemos por delante. ¡Viva la OCE!

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