Tras dos años de Generación E: cifras infladas, más endeudamiento y desfinanciación.

Por Santiago Vélez Villegas

 

Generación E surgió como una respuesta del Gobierno Duque a la polémica que generó en el país el desvío de enormes recursos públicos al endeudamiento de estudiantes y a las universidades privadas a través del programa Ser Pilo Paga (SPP) durante el gobierno Santos. Se anunció en el marco de las movilizaciones estudiantiles del 2018, con la intención de responder a las justas críticas que recibió SPP y a la crisis financiera de las IES públicas.

Desde el comienzo, los estudiantes advertimos que Generación E no era una solución a esos problemas y que, en cambio, mantenía la esencia de SPP: el subsidio a la demanda y el endeudamiento como política de Estado. Tras dos años de implementado, los datos nos dan la razón.

Según respuesta entregada por el Ministerio de Educación a un derecho de petición radicado por la ACREES, el programa ha vinculado a casi 120 mil estudiantes entre 2019 y 2020, con una inversión ejecutada de $315 mil millones de pesos girados a 112 instituciones. Las IES privadas han recibido casi $100 mil millones mientras cuentan con menos de 5.300 estudiantes. Es decir que estas IES reciben el 31% de los recursos con sólo el 4% de los estudiantes del programa. Entre las IES que más recursos reciben por estudiante, las 45 primeras son privadas.

El origen de esa desigualdad es que Generación E, como todo programa de subsidio a la demanda, se enfoca en otorgar créditos para pagar matrículas, que tienden a ser mucho más altas en las IES privadas. Aunque las IES públicas se autofinancian en más de un 50% en promedio, sus matrículas son más bajas porque en la práctica se subsidian con recursos de transferencias estatales o de las propias IES para evitar que su costo sea una barrera de acceso para los estudiantes, que en más de un 80% son de estratos 1, 2 y 3. Pero programas como SPP o Generación E promueven el alza de matrículas porque las instituciones que más cobran son las que más se benefician del programa al capturar más recursos por estudiante. Es lo que en economía se denomina un incentivo perverso, aunque con la experiencia de SPP no puede decirse que fuera inesperado. El resultado es una tendencia al alza de las matrículas que afecta a todos los estudiantes (especialmente en las privadas), la mayoría de ellos endeudados. Esas deudas terminan siendo una carga para la juventud que se gradúa, y peor para la que no logra graduarse.

De hecho, la política oficial desde hace 30 años, por imposición de los organismos de crédito como el FMI y el BM y ahora por “recomendación” de la OCDE, ha sido el aumento de matrículas en las IES públicas. Por eso, programas como Generación E castigan a las que no las aumentan, como la Universidad de Antioquia que apenas recibe $177 mil pesos por estudiante en el componente de Equidad del programa. Eso es menos del 2% del costo por estudiante en la mayoría de carreras. En síntesis, Generación E promueve el alza de matrículas, no cubre el costo por estudiante en las IES públicas y compensa desproporcionadamente a las privadas.

Para colmo, el Gobierno ha inflado descaradamente las cifras del programa. El objetivo es llegar a 336 mil estudiantes en cuatro años. Llevamos la mitad de ese tiempo y el programa está muy lejos de alcanzar la mitad de esa meta. Lo que sí redujo a la mitad fue la cantidad de estudiantes que ingresaron al programa entre 2019 y 2020: pasó de 78.806 a 41.109. La totalidad de esa disminución se dio en las IES públicas, porque las privadas aumentaron sus estudiantes en un 45%. En general, se redujeron los estudiantes y las transferencias entre 2019 y 2020, algo que preocupa al considerar que el Ministerio le ha entregado al ICETEX $465 mil millones para el programa hasta abril de 2020, pero sólo le han transferido a las IES el 68% de esos recursos. Reiteradamente el ICETEX ha hecho las entregas de manera tardía a los estudiantes. Es una acción sistemática que los deja en la incertidumbre y en riesgo de desertar, quedar endeudados y sin título universitario. El ICETEX, entre tanto, ha cobrado casi $6.700 millones por administrar los fondos de Generación E. ¡Eso es más de lo que han recibido con el programa las universidades del Pacífico, Pedagógica, de Nariño, del Cauca, de Caldas, de la Guajira y la Distrital juntas!

 

Frente a la exigencia de matrícula cero que el movimiento estudiantil le ha hecho al Presidente para evitar la deserción por los efectos de la pandemia, el mandatario se escudó en que ya había aportado 560 mil millones para las IES públicas a través de Generación E. Pero los datos del Ministerio lo desmienten: en 2020 estas IES sólo han recibido 86 mil millones, lo que representa menos del 6% del costo total de las matrículas de las IES públicas.

Generación E insiste en la política fracasada y perversa del subsidio a la demanda y el endeudamiento en la educación superior. De ahí sus muy mediocres resultados y su nulo efecto sobre la crisis financiera de las IES públicas. Es urgente un cambio en la política educativa que privilegie la oferta pública de alta calidad y financiada plenamente por el Estado.

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